de tus palabras, de tus besos.
De tu extraña belleza
y tu dorado cabello.
De tu risa ronca
y tus piernas perfectas.
De tu duro carácter
y tu escondida dulzura.
De tu miedo grande,
tan grande cómo el mío.
Y de tu alma desnuda
y tu cuerpo inesperado.
De tu sinceridad terrible
y de tu apasionado sexo.
De tu cama blanca
y de tu negra pena.
De tus dolorosas dudas
y tu cálida presencia.
De tus vestidos cortos
y tu atrevida inocencia.
Caí cómo mosca en tu red,
y cuanto más intento escapar,
más me enredo en ella.
De tu extraña belleza
y tu dorado cabello.
De tu risa ronca
y tus piernas perfectas.
De tu duro carácter
y tu escondida dulzura.
De tu miedo grande,
tan grande cómo el mío.
Y de tu alma desnuda
y tu cuerpo inesperado.
De tu sinceridad terrible
y de tu apasionado sexo.
De tu cama blanca
y de tu negra pena.
De tus dolorosas dudas
y tu cálida presencia.
De tus vestidos cortos
y tu atrevida inocencia.
Caí cómo mosca en tu red,
y cuanto más intento escapar,
más me enredo en ella.
Sevilla, Marzo de 2009
1 comentario:
Hola José Félix!!
Bellísimo poema... Me identifico mucho con lo allí escrito...
Un abrazo.
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