martes, 21 de octubre de 2008

Luz de la locura


... De M. sólo nos atrevemos a hablar cuando ningún extraño nos escucha, y jamás pronunciamos su nombre. En el pueblo todos saben quién lo mató, pero mientras los soldados sigan aquí, es mejor callar y no remover las cosas. La guerra terminará pronto y entonces podremos vengar su muerte...

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... De J., el hombre que mató a M., sólo nos atrevemos a hablar cuando ningún extraño nos escucha, y jamás pronunciamos su nombre. En el pueblo todos saben quienes lo mataron, pero hasta que los soldados no vuelvan, es mejor callar y no remover las cosas. Pronto habrá otra guerra y entonces podremos vengar su muerte...

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... De P. y de R., los hombres que mataron a J., el hombre que mató a M., sólo nos atrevemos a hablar cuando ningún extraño nos escucha...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ven y alúmbrame...

José Félix dijo...

Tu eres aire, yo papel.
Donde vayas, yo me iré...

Isabel Barceló Chico dijo...

Todos esos silencios crean una red infinita de injusticias. Y las injustician pesan. Gracias por enlazar mi blog, enlazo yo también el tuyo. Saludos cordiales.