miércoles, 15 de octubre de 2008

Tarde de Julio

Hace mucho calor. De las calles vacías sólo llega el zumbido apagado de los aparatos de aire acondicionado. La tarde transcurre tan despacio que parece no acabarse nunca. Desnuda y sola en la penumbra de mi habitación, boca abajo y sudorosa sobre las sábanas revueltas, hundo mi mano entre mis piernas mientras te recuerdo acariciando mi cuerpo. Y me excito y exploto y me excito y exploto de nuevo al desearte otra vez, esta noche, dentro de mi.

No hay comentarios: